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Dos jóvenes argentinos entre los 50 candidatos a ganar el Global Student Prize 2025
Todos los días escuchamos o leemos noticias del bajo nivel de aprendizaje, de jóvenes que no estudian ni trabaja, de la delincuencia juvenil y cada vez de menor edad. Eso ocupa gran parte de los noticieros y son pocas las buenas noticias. Aquí va una que vale la pena difundir:
Gastón Díaz, estudiante del Instituto Santa Faz de Lanús, y Daniela Victoria Barrios, del Instituto Adventista de Corrientes —ambos de 17 años—, fueron seleccionados entre casi 11 mil postulantes, de los que quedaron solo 50, para ganar el Chegg.org Global Student Prize 2025, un premio de 100.000 dólares que desde hace cinco años reconoce a estudiantes que son agentes de cambio en sus comunidades e impactan de forma positiva en el aprendizaje y la vida de sus pares y de la sociedad.
Gastón Díaz recibió la noticia de haber sido seleccionado finalista, en West Virginia, Estados Unidos, donde se encuentra participando del Campamento Nacional de Ciencias para Jóvenes, un programa organizado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos para jóvenes académicamente destacados.
Aún está cursando sus estudios secundarios y ya posee una larga lista de logros: es el fundador de Cresify, una herramienta de marketing reconocida por Microsoft que permite detectar señales de compra en base al comportamiento del consumidor.
Además, como resultado de un concurso de innovación cívica del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, coescribió una ley de alfabetización financiera y tecnológica juvenil que actualmente se implementa en más de 70 ciudades argentinas e impacta en más de 6 millones de estudiantes y es campeón en Geometría de las Olimpíadas de Matemáticas.
Gastón destaca el incentivo que siempre ha tenido de sus padres y que lo han motivado para enfrentar dificultades y superarlas, por ejemplo en matemáticas, que era lo que más le costaba y luego, trabajando mucho con su mamá, logró superarse y tomar el gusto por esa materia.
“Mi mamá es licenciada en comercio exterior y da clases particulares. Ella me incentivó mucho a no seguir a la manada, a detenerme a preguntarme si esto que estoy haciendo está bien, a pensar críticamente”, explicó y agregó: “Desde muy chico voy a Endeavor. Me encantaba sentarme bien cerca del escenario y contar a cuántas sillas de distancia estaba de gente conocida como el fundador de Globant o de Mercado Libre. Todo lo relacionado al emprendedorismo me motiva mucho. Admiro un montón a los emprendedores”, agregó.
Sin embargo, el Chegg.org Global Student Prize también premia el compromiso con la comunidad. Y Gastón es un reflejo de ello. A partir de haber alcanzado el cuarto lugar en el MIT Solve Financial Inclusion Challenge, colaboró con estudiantes universitarios de todo el mundo en el desarrollo de una herramienta para aumentar la transparencia del gasto público y combatir la corrupción. Fue líder de tecnología en Estudiantes Organizados, una organización estudiantil que apoya a estudiantes para la que diseñó desde cero los sistemas internos para gestionar a miles de estudiantes y voluntarios. Y, además, colabora en la entrega de más de 5.000 desayunos al año a niños en situación de vulnerabilidad como voluntario del Grupo El Ombú.
Aún no decidió qué carrera seguirá porque son varios sus intereses, pero mientras lo define, aplicó para estudiar tecnología digital en UTDT y envió solicitudes a varias universidades de EEUU.
Si llegara a ganar el premio, todavía no tiene claro cómo utilizaría el dinero, pero sabe que la inversión estaría relacionado con la educación en tecnología. Como mensaje para sus partes, dijo: “Hay que involucrarse, empezar por las oportunidades que tenés a tu alcance y hacer, hacer y hacer. No limitarse a uno mismo sino tomar todas las oportunidades que se presenten”.
Daniela Victoria Barrios, la postulante correntina, dijo que se emocionó mucho al enterarse de la buena noticia y comentó que “En Corrientes no hay mucho conocimiento de estas oportunidades y conseguirlas me lleva mucho tiempo. Cuando aparece alguna oportunidad, mis papas siempre me apoyan, pero es un camino que hice muy sola porque no es común en la comunidad en la que vivo”, dijo la joven. Su padre tiene un negocio de tecnología y su madre es entrenadora.
Daniela ha alcanzado grandes logros: fundó un club de ajedrez en su escuela e incentivó la participación en la Olimpíada Nacional de Matemáticas, en la que ganó una medalla de bronce. También logró gestionar pasantías universitarias de investigación para estudiantes de su curso y está trabajando para lanzar el primer Modelo de Naciones Unidas de la escuela.
Fuera del ámbito escolar, Daniela impulsa iniciativas solidarias, desde donaciones de útiles escolares hasta apoyo a bancos de alimentos. También participa en una fundación local de rescate animal y fomenta el liderazgo juvenil global a través de su trabajo en la ONG Civics Unplugged. A raíz de su participación en esta organización, ganó recientemente una beca para estudiar en la Academia de Innovación Cívica de Georgetown, en Washington DC.
Si llegara a ganar el premio, tiene bien claro cómo le gustaría usarlo. Por un lado, quisiera invertir en desarrollar el prototipo de “Ciby”, un dispositivo de anteojos con inteligencia artificial y realidad aumentada que transcribe conversaciones habladas en tiempo real para asistir a personas sordas. Esta fue una idea que desarrolló tras ganar una beca y cursar un programa de estudio en la Universidad ESADE, en Barcelona. También le gustaría ayudar a construir una red de agua potable en Manantiales, una localidad cercana a Corrientes en donde la mayoría de las casas no cuentan con agua potable. “Las familias no tienen agua ni baños o duchas dignas. Si pudiera cambiarle la vida a una sola familia ya sería un montón”, dijo.
Como mensaje a los jóvenes argentinos, resaltó la importancia de la iniciativa y la disciplina: “Dar el primer paso es lo más importante y ya es un montón porque después das el segundo y no parás. Vos mismo te vas formando esta disciplina de no rendirse y no parar para alcanzar los sueños”, concluyó.
Chegg.org, la organización que entrega el premio, se alió con la Fundación Varkey para lanzar en 2021 un premio hermano del Global Teacher Prize. Ahora en su quinto año, el Global Student Prize funciona como una potente plataforma para reconocer a estudiantes que están transformando el mundo para mejor.
El premio está abierto a todos los estudiantes de al menos 16 años que estén matriculados en una institución académica o programa de formación y los mismos son evaluados por sus logros académicos, su impacto en sus pares, cómo generan cambios en sus comunidades, cómo superan obstáculos, demuestran creatividad e innovación y actúan como ciudadanos globales.
Se espera que los 10 finalistas del Global Student Prize se anuncien en agosto de este año y el ganador, más adelante en el año.
Susana Espósito - 6910 caracteres – Jueves 24/07/25 - Fuente consultada: LA NACION
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