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www.conozcabuenosaires.com.ar![]() ![]() ![]() ![]() Los baños públicos en la ciudadEn Buenos Aires es casi una utopía encontrar baños públicos y lo primero que uno piensa es ingresar en un bar, pero muchas veces encontramos el típico cartelito que dice: “El baño es de uso exclusivo para clientes” y nos vemos obligados a consumir algo o retirarnos del local, que nos complica ante una situación de urgencia. Hay 33 baños repartidos en espacios verdes pero solo funcionan 26. Los de las estaciones de subte están casi siempre cerrados y aunque es obligatorio, los bares y restaurantes no prestan los suyos. Recién esta semana se licitó la concesión de los predios bajo la autopista 25 de Mayo, que deberán tener sanitarios públicos y aunque está prohibido, muchos bares y restaurantes siguen reservándolos para sus clientes sin ser sancionados. A diferencia de otras ciudades del mundo, donde hay toda una red de baños públicos gratuitos o pagos en plazas y puntos turísticos, Buenos Aires no ofrece un servicio acorde al que se necesita y muestra de ello es que de los pocos baños existentes, solo funcionan 26 y el resto está en refacción, según indica el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, que debería acelerar los arreglos para ponerlos en funcionamiento. En una Ciudad con unos 3 millones de habitantes, hay entonces un baño cada 111.000 vecinos. Esto sin tener en cuenta que, además, todos los días hábiles se suman otros 3 millones que ingresan desde el GBA para trabajar, estudiar o hacer trámites. Buenos Aires fue pionera en brindar el servicio de los baños públicos y su mayor apogeo fue a principios del siglo XX, pero fueron desapareciendo. Ante la falta de baños públicos, es habitual ver a hombres orinando contra árboles, contenedores y paredones, a cualquier hora, a plena luz del día. El espectáculo es desagradable, la Ciudad se afea y el olor resulta insoportable. Una ley promulgada en enero, la 6.107, obliga al Gobierno de la Ciudad a incorporar baños públicos en los espacios verdes de más de tres hectáreas. Y aunque en ese entonces en el ministerio dijeron que trabajaban en un plan por etapas, lo concreto es que, según la misma cartera, “este año no se hicieron baños nuevos”. Tampoco "hay nada definido" para construirlos en el futuro cercano. Los únicos que se construyeron en 2019 se enmarcaron en una obra mayor, la primera etapa del Paseo de la Costanera, que a su vez forma parte de los trabajos de ampliación del Aeroparque Jorge Newbery. La creación del espacio, inaugurado en junio, estuvo a cargo del Ministerio de Transporte de la Nación. Donde sí se realizaron importantes obras y se renovaron completamente los baños, fue en las estaciones de trenes metropolitanas. Las mejoras más palpables fueron las de los sanitarios de la línea Roca, en Constitución, y de los del Mitre en Retiro. Su vecina terminal de ómnibus, en cambio, tiene baños a tono con el resto de sus instalaciones: sucios, rotos y carentes de elementos de higiene. En el subte, el panorama no es mucho mejor, excepto en la línea H, que es la más nueva y moderna y cuenta con baños bien instalados y en buenas condiciones de uso. Las cinco líneas (A, B, D, E y H totalizan 81 estaciones y cada una debería tener tres baños (para mujeres, para varones y exclusivos para personas con discapacidad) o sea que deberían sumar 157 sanitarios, dos veces más que los que efectivamente funcionan, incluso, algunas estaciones no tienen ni uno y la línea C carece por completo de baños públicos. Al mismo tiempo, la mayor parte de los baños existentes en las estaciones de subte están casi siempre cerrados. Desde Metrovías explicaron que la inhabilitación se debe a que sufrieron “actos de vandalismo”. Ante esta situación y la falta de puestos de trabajo, ¿no sería importante poner personas en los baños, para que cuiden, mantengan limpio y controlen para evitar actos vandálicos? Sería una buena manera de compensar subsidios a gente ociosa, dándoles la posibilidad de recuperar la dignidad del trabajo y a su vez, mantener los baños públicos como corresponde. En Europa, es común que cuando una persona ingresa a una cafetería de las que están en las rutas, hay que pagar un dólar para ingresar al baño. Sin embargo, si después se consume algo, ese dólar es descontado. Por supuesto los baños están limpios, cuentan con papel higiénico, jabón y toallas de papel o secamanos. En Buenos Aires, desde 1993, los establecimientos están obligados a prestar sus sanitarios, se haya consumido allí o no, según la ordenanza porteña 46.798, pero muchos los reservan sólo para sus clientes y no reciben sanciones por eso. De hecho, en los últimos años locales de grandes cadenas gastronómicas implementaron el sistema de ingreso con código numérico, que figura en el ticket de lo que se compró. Para hacer denuncias cuando los locales gastronómicos impiden el acceso a los baños se puede llamar al 147. También se pueden presentar a través del Facebook/BAconsumidor y del Twitter @BAconsumidor. "El problema existe, pero hay que alentar a que la gente reclame más", sostiene Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA), ya que "Muchas veces la gente no sabe dónde elevar la queja, y es por eso que no se registran tantos reclamos". El legislador porteño Sergio Abrevaya (GEN), que presentó dos proyectos sobre instalación de baños -uno en ferias y otro en bancos-, no está de acuerdo con que los locales gastronómicos deban prestar sus instalaciones gratuitamente porque equivaldría a reducir la responsabilidad estatal sobre la cuestión. Por eso, propuso en otro proyecto que los restaurantes y bares puedan cobrar por su uso. Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 11/09/19 - (Cantidad de caracteres: 5634) |
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