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    Cuando jubilarse no es sinónimo de júbilo

    Cuando todos pensamos que después de haber trabajado, nos hemos esforzado por progresar para vivir mejor y asegurarnos una vejez digna, llega el momento de jubilarse y lejos de disfrutar la última etapa de la vida, hay que padecerla, porque nos damos cuenta que no es verdad que cada uno cosecha lo que siembra.

    JubiladosEn las últimas décadas hemos visto el desatino de un gobierno que jubiló a personas que nunca han trabajado ni realizado sus aportes y todas esas dádivas a cambio de votos para permanecer en el poder, perjudicó a quienes sí han trabajado y aportado, porque la torta es una sola y debieron repartirla en tantas porciones, que no alcanza para saciar el hambre...

    Si pensamos en que la palabra "jubilación" deriva de la palabra latina "iubilare", que significa "gritar de alegría", y está relacionada con el concepto de "jubileo", que en su origen era un año especial de celebración y descanso, asociado con la liberación de deudas y esclavos y se anunciaba con el sonido de un cuerno de carnero llamado "yobel" en hebreo, veremos que estamos viviendo todo lo contrario. La jubilación, como cesación de la actividad laboral con derecho a pensión, comparte la idea de un tiempo de descanso y alegría después de un período de trabajo, similar al espíritu del jubileo y los argentinos, excepto los que cobran jubilaciones de privilegio, tenemos ganas de gritar y llorar, nos robaron la alegría, la ilusión de una vejez digna.

    Esto se hace visible porque en los últimos años, cada vez más adultos mayores de 65 años deben trabajar para complementar la jubilación y poder cubrir los gastos de sus necesidades básicas.

    Según datos citados por Osvaldo Giordano, presidente del Instituto de Estudios Sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea, en el país hay actualmente más de 743.000 adultos mayores que trabajan en la informalidad. Muchos de ellos ya están jubilados, pero continúan activos laboralmente para complementar sus haberes. El motivo es concreto: aunque desde noviembre de 2023 hubo una mejora en el poder adquisitivo del haber medio, en junio de 2025 permanece un 7% por debajo del promedio histórico.

    Si se analizan los datos históricos, se encuentra que la jubilación media es actualmente inferior a la registrada entre 2011 y 2021. El pico se alcanzó en septiembre de 2017, cuando los jubilados cobraron el equivalente a $799.388 a valores de hoy.

    Este fenómeno ocurre en un contexto de envejecimiento progresivo de la población argentina. La proporción de personas mayores de 65 años pasó del 2% en 1895 al 12% en 2022. Mientras tanto, el grupo etario de 15 a 64 años (considerado en edad de trabajar) alcanza el 66% de la población, lo que aún permite aprovechar el llamado “bono demográfico”.

    Los especialistas advierten que el bono demográfico se perderá progresivamente a medida que aumente el peso relativo de los adultos mayores “El proceso de envejecimiento poblacional impacta en el mercado laboral. El aumento en la expectativa de vida y las mejoras en las condiciones de salud hacen que muchas personas mayores se mantengan activas porque se sienten en condiciones de seguir trabajando”, dijo Giordano, pero a ese dato estructural se suma un elemento crítico: “La necesidad económica y los sistemas previsionales que no alcanzan a cubrir adecuadamente sus necesidades”.

    Hoy una persona de 70 años tiene capacidades aeróbicas similares a la de una de 50 de hace tres décadas. Esto se relaciona con el concepto de envejecimiento activo. Este envejecimiento activo, sin embargo, choca con las barreras que el mercado laboral impone. Una de ellas es la informalidad.

    La tasa de informalidad asalariada entre los mayores de 65 años alcanza el 75%. Además, solo 40% de los ocupados en este rango etario son asalariados; el resto trabaja por cuenta propia, muchas veces sin estar registrado. “Trabajar en la formalidad no necesariamente les aporta mejoras en su jubilación o acceso a obra social, sobre todo si ya están jubilados”, explica.

    Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, advierte que muchos de los mayores que siguen activos lo hacen tras haber accedido a una jubilación a través de moratorias, con pocos aportes (en el caso de mujeres) o con trayectorias mayormente informales (en el caso de varones). “Muchos trabajan por cuenta propia o de manera informal porque el sistema no los incentiva a formalizarse. El empleador debe afrontar altos costos aunque el trabajador ya está jubilado, lo que lo conduce a contratarlo en negro o como monotributista”.

    Para los especialistas, las pensiones no son suficientes para sostener un nivel de vida digno, y el envejecimiento activo es más una necesidad más que una elección. Los adultos mayores continúan trabajando, muchas veces sin las condiciones mínimas de protección, en un mercado laboral poco preparado para incluirlo plenamente.

    A medida que se consolida la llamada “economía plateada”, el desafío será diseñar un modelo que combine derechos, incentivos y oportunidades. Un modelo donde no sea necesario elegir entre seguir trabajando o caer en la pobreza, y que reconozca, que envejecer no debe equivaler a exclusión.

    Finalmente, cabe recordar que estamos viviendo el Año Jubilar, también conocido como Año Santo, es una celebración especial dentro de la Iglesia Católica que ocurre cada 25 años. Este año está dedicado a la reconciliación, la conversión y la renovación espiritual, ofreciendo a los fieles la oportunidad de recibir la indulgencia plenaria y experimentar un profundo crecimiento en su fe. Dicho esto, ojalá se produzca la conversión y renovación espiritual de quienes nos gobiernan y hunden en la pobreza y que sepan que la indulgencia no es simplemente atravesar la puerta sagrada y ya quedan perdonados, pues quienes tengan conciencia, no podrán descansar tranquilos, sabiendo que no existe puerta sagrada que pueda perdonar tanto daño como han hecho a los argentinos, eso es solo simbólico. CUALQUIER PARECIDO CON NUESTRA REALIDAD, ES PURA COINCIDENCIA...


    Susana Espósito - 6067 caracteres – Martes 01/07/25




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