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    Beatificación del cardenal Eduardo Francisco Pironio

    El sábado 16 de diciembre será la ceremonia de beatificación del cardenal Eduardo Francisco Pironio, en la Basílica de Luján, donde descansan sus restos.

    Cardenal PironioLa beatificación es el proceso de investigación exhaustiva, que cuando es aprobatorio, otorga el reconocimiento de la Iglesia católica para un difunto, que se ha confirmado que cuenta con la capacidad de interceder ante Dios en favor de las personas que así lo solicitan, y que se ha confirmado un primer milagro por su intercesión. Es el tercer paso a la canonización, después de haber pasado por venerable y siervo de Dios. Beato es el nombre de la persona que ha aprobado tal proceso. Si se comprobara un segundo milagro, sería declarado Santo, mediante decreto firmado por el Sumo Pontífice.

    En este caso, se atribuye a Pironio el milagro de la salvación del niño, Juan Manuel Franco, que se había intoxicado con purpurina y los médicos aseguraban que no tenía chances de sobrevivir.

    La curación milagrosa de Juan Manuel Franco, cuando tenía un año y medio, ocurrió en Mar del Plata. Los médicos informaron a la familia que “no había nada más para hacer”. Los padres del niño rezaron pidiendo al Cardenal Eduardo Francisco Pironio para que su hijo pudiera sobrevivir. Esta curación inexplicable para la ciencia fue considerada un milagro por el Vaticano el pasado 8 de noviembre y es lo que le permite al cardenal Pironio, ser declarado beato.

    La madre de Juan Manuel, Laura, cuenta que aquellos momentos fueron terribles. En un descuido, el pequeño tomó una cajita de purpurina que ella utilizaba para hacer artesanías y había tragado una importante cantidad. Inmediatamente, Laura y su marido llevaron al niño de urgencia al hospital Materno infantil de la ciudad. “Cuando entramos al hospital, me dicen que lo van a inducir al coma, ese fue el momento más crítico”, destaca Laura.

    Los médicos desahuciaron a Laura y Mariano Franco, y les dijeron que era imposible sobrevivir a ese tipo de intoxicación. El niño fue sometido a asistencia respiratoria y coma inducido por padecer un síndrome de angustia respiratoria aguda (SDS). Lamentablemente los análisis confirmaron la presencia de trazas de plomo, zinc y cobre que revalidaron el trágico panorama.

    “El doctor nos dijo que él iba a intentar hacer todo lo posible y que si nosotros sabíamos rezar, que rezáramos. Empezamos a buscar esa conexión con la fe. Dijimos ‘recemos porque por lo que nos decían no había chance’”. Así rememora Laura la desesperante situación que tuvo que enfrentar aquel diciembre de 2006.

    El 2 de diciembre, los padres del niño decidieron participar de una marcha llamada “de la esperanza”, una iniciativa instalada por el propio Pironio cuando fue obispo en Mar del Plata, desde el año 1972 hasta 1975. La marcha de la esperanza parte de la icónica gruta de Lourdes y recorre distintas capillas de la ciudad balnearia, entonces les avisaron que los irían a buscar a la terapia y así fue, les llevaron la imagen de la virgen y les dieron una estampa de Pironio. Les dijeron que le rezaran a él y que le pidieran un milagro, para darle la oportunidad de ser santo.

    El matrimonio Franco esperaba cada informe médico en la puerta de la terapia. “Todos los partes decían ‘grave’, pero el del lunes 4 de diciembre a las 11 decía leve mejoría. Mi deducción fue que yo habría leído la oración posiblemente ese día a esa hora” dijo Laura y junto a su marido siguieron rezando y pidiéndole a Pironio. El niño fue mejorando rápidamente y los médicos no encontraron explicación científica, por lo cual se informó a la iglesia y se dio inicio a la presentación ante el Vaticano.

    Juan Manuel, “el bebé del milagro”, es hoy un adolescente que está finalizando el último año de la secundaria. Además, estudia para ser chelista, la pasión por la música la heredó de sus padres quienes son profesionales del rubro.

    Ante la pregunta de si se siente especial por ser el elegido para que un milagro suceda, Juan declara: “Un poco sí, porque después uno comienza a ver otros casos, otros chicos, que también estuvieron en la misma por purpurina y no sobrevivieron y digo ‘¡Qué locura!’”.

    El joven marplatense agrega: “Hoy si tuviera a Pironio al frente le agradecería mucho, le daría un gran abrazo, largo y profundo. Le agradecería constantemente por acompañar por estar, y por las palabras que justo estuvieron para apoyar a mis viejos Y también a otras personas, decirle como dijo él ‘los doctores se equivocan’”.

    La curación extraordinaria fue reconocida como milagro por el Vaticano el 8 de noviembre de 2023 a través de un decreto firmado por su Santidad, el papa Francisco. Se espera que una multitud colme la Basílica de Luján, y ante este imponente monumento de fe argentino el cardenal español Fernando Vergéz, quien fuera durante 23 años el secretario personal de Eduardo Pironio, lo declare beato de la Iglesia Católica.

    Eduardo Pironio se consagró como sacerdote en 1943, en la ciudad de Luján. Fue rector del Seminario Metropolitano de Villa Devoto, en la Arquidiócesis de Buenos Aires. También se desempeñó como decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata y participó de las últimas sesiones del Concilio Vaticano II. Fue secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y obispo de la Diócesis de Mar del Plata desde 1972 hasta 1975. En 1972 fue elegido Presidente del CELAM. En 1975 fue trasladado a Roma como Prefecto de vida consagrada y sociedades de vida apostólica durante el pontificado de Pablo VI, quien lo había elegido como su confesor. Ese traslado se da en un momento en el que Pironio había recibido amenazas, mientras gobernaba el país María Estela Martínez de Perón. El 24 de mayo de 1976 fue declarado Cardenal. Durante el pontificado de Juan Pablo II fue designado presidente del Pontificio Consejo para los Laicos. El Cardenal Pironio fue el cofundador de la Jornada Mundial de la Juventud.

    Falleció en el Vaticano el 5 de febrero de 1988 a raíz de un cáncer óseo. Sus restos fueron repatriados y descansan en la Basílica de Luján.


    Susana Espósito - Noticia publicada el: Viernes 15/12/23 - (Cantidad de caracteres: 6128)
    Fuente consultada: Infobae




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