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    Nuevo conflicto con los manteros

    El martes 10 de enero, la policía desalojó a unos dos mil manteros de Once. Hubo cortes de calles durante más de doce horas, quema de contenedores e incidentes con la fuerza policial.

    Los manteros significan un problema para la ciudad, que el gobierno porteño no logra resolver, ya que en distintas oportunidades los han desalojado de distintos barrios donde ejercen su actividad ilegal y al poco tiempo regresan. Esta actividad influye en la ocupación del espacio público y la competencia desleal con los comerciantes que deben pagar alquileres de locales, impuestos y sueldos de empleados.

    El despliegue policial arrancó por la madrugada, para desmantelar los puestos llenos de mercadería y para evitar que se instalen los manteros. La misma metodología se utilizó en otros sitios de venta callejera, como en Florida, Acoyte y Rivadavia (Caballito) y en avenida Avellaneda.

    Muchos vendedores dejan instaladas sus estructuras, debido a la gran cantidad de mercadería que comercializan en la calle. El operativo arrancó desbaratando estos puestos, principalmente ubicados sobre avenida Pueyrredón, a metros de la estación de Once. Cuando en las primeras horas de la mañana, comenzaron a llegar los manteros, se encontraron con un despliegue espectacular de personal policial, pero además con carros hidrantes, camiones con grúas -para arrasar las estructuras y los bultos de mercadería-, camiones de residuos y ambulancias, entre otros vehículos. Con sierras eléctricas cortaron las cadenas y los candados de algunos puestos y la mercadería se recogió en bolsas blancas. Ayer aún no había precisiones sobre la cantidad de mercadería confiscada.

    En principio, las imágenes televisivas mostraron el corte de avenidas y cómo varios manifestantes arrastraban y tumbaban contenedores de basura para luego quemarlos. No se veía presencia policial ni nadie que impidiera este acto de vandalismo. Muchos nos preguntamos cómo se puede permitir un acto que es delictivo y que nos afecta a todos.

    Finalmente, se hizo presente la Guardia de Infantería, con una orden de la Fiscalía General porteña y desalojaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma, mientras los rebeldes les arrojaban piedrazos, intentando resistir.

    Tres personas quedaron detenidas acusadas por resistir la autoridad, entre otros cargos. Según confirmaron fuentes de la Ciudad. En el lugar quedaron entre 250 y 300 oficiales como consigna en las veredas, para impedir la reinstalación de puestos.

    El Gobierno de la Ciudad intentaba acordar con un pequeño grupo de manteros, a quienes buscan censar e incorporar a las ferias porteñas, pero muchos se niegan, sin entender que deben respetar la ley como el resto de los ciudadanos y adaptarse al cumplimiento de sus obligaciones, por ejemplo, pagar su monotributo y los impuestos que paga todo ciudadano.

    El fiscal general Luis Cevasco dijo: "Ningún mantero es cuentapropista. Todas aquellas personas que venden en la calle, operan para algún tipo de organización. Hay personas que son "dueñas" de la calle y deciden quienes venden en tal o cual lugar. A su vez responden a otras organizaciones vinculadas que proveen la mercadería; generalmente salida del contrabando. Hay un aprovechamiento de la pobreza, el mantero es la punta del ovillo y jamás declaran".

    El operativo se realizó para penar la contravención del uso indebido del espacio público (tipificado en el artículo 83 del Código Contravencional) que prevé sanciones de entre $500 a $1.000 para quien realiza actividades lucrativas y de entre $10.000 y $60.000 para quienes venden en volúmenes similares a un comercio establecido.

    En horas de la noche, hubo una reunión con representantes de la Ciudad en la Defensoría del Pueblo porteña. Los manteros piden que les armen una feria para trabajar en la Plaza. Desde la Ciudad dijeron que "la alternativa de la venta en la vereda no será negociada".


    Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 11/01/17 - (Cantidad de caracteres: 3914)




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